Luego de tres décadas de trayectoria musical, el mexicano dedicó su álbum “Trasatlántico” a las bandas que marcaron su adolescencia con melodías y poesía cantada. Recientemente lanzó “Es por ti”, con el dúo Cómplices.

En 2017 lanzó su versión de “El ataque de las chicas cocodrilo” de Hombres G. Olga Laris

Madrid, España. Los 80, la era dorada del rock en español. Un disco de Mecano en sus manos, la voz de Ana Torroja en su cabeza. Radio Futura, Los Hombres G, Toreros Muertos y Cómplices. Sus oídos tenían un hambre voraz de conseguir esa música, escucharla, entenderla. Una explosión de sonidos décadas después de la dictadura franquista que contó los deseos de la juventud de esa época. Todo ese rock español marcó la vida de Aleks Syntek, un joven que se preparaba para cumplir su sueño de hacer música. Bandas a las que más de tres décadas después rinde un homenaje con su disco Trasatlántico, lanzado en junio de 2017, trabajo musical que lo trajo a Colombia para hacer promoción del más reciente sencillo, Es por ti, y hablar de un posible concierto en el país.

Pareciera que Es por ti fuera más que un nombre, una dedicatoria a Cómplices, uno de los grupos que admiró “de chavo”, cuando hacía todo lo que estuviera a su alcance para conseguir discos y anhelaba tener su primer teclado. Teo Cardalda y María Monsonis la interpretaron en 1990 como parte de su tercer álbum, una de las canciones más representativas del dúo gallego, y diecisiete años después Syntek los invitó a crear una nueva versión en honor a la melodía que marcó su adolescencia y la de los rockeros de la última década del siglo XX. Fue por ellos, el rock de los 80 y la poesía cantada de los hermanos José María e Ignacio Cano, que descubrió que las cosas siempre podían ser extraordinarias y trazó su estilo musical.

El video de Es por ti ha sido uno de los más complicados para el mexicano de 48 años, por la representación del renacimiento que hizo su equipo a través de las pinturas y los cuadros, pero también uno de los más bellos porque sus hijos participaron en la realización. “Me gustó ver cómo se divirtieron y aguantaron la filmación”. Y es que ellos han sido muy importantes para su carrera, una gasolina, una dosis de energía que lo mueve de una forma “increíble”. Ser papá cambió su manera de ver la vida: dejó de estar enfocado en él para pensar en dejarles un mundo nuevo. Matías, de ocho años, y Natalia, de 12, han descubierto melodías por su cuenta y, sin que su papá les diga qué poner, llegaron a lo que Syntek considera buena música.

Le encanta que escuchen a Beethoven, Mozart y Tchaikovsky y que en sus listas de reproducción también se escapen canciones de Bruno Mars y Michael Jackson. Melodías alegres que elevan el espíritu, fortalecen la fe o hacen dar ganas de seguir adelante, es lo que Syntek considera buena música. “Si todo el tiempo escuchas música que te habla de sexo, poder y dinero, pues esas van a ser tus tendencias. Si escuchas melodías que hablen de cosas buenas, crecerás espiritualmente”. Escuchar a los cantantes y bandas que marcaron la historia de la música en español no sólo elevó su espíritu, sino que sembró el deseo de hacer colaboraciones con ellos. Ese es el motivo por el que entre sus videos se escapan tantas interpretaciones que comparte con músicos como Ana Torroja, David Summers, Javier Lozanda y Cristian Castro.

Las colaboraciones le llamaron la atención desde que grabó en 2004 con Ana Torroja, exvocalista de Mecano, la primera banda de rock español con la que se conectó. Tantos duetos le han dejado aprendizajes cada vez que se junta con un nuevo cantante y el descubrimiento de que todos los artistas con los que ha compartido siguen siendo, como él, niños que creen, sueñan y están fantaseando porque “la música te mantiene siempre joven. Mi esencia no ha cambiado, sino que la música se ha ido transformando”. Desde “chavo” ha estado casado con el pop y el rock, y aunque le encantaría tener la habilidad de ser un concertista de música clásica, zapatero a tus zapatos y a hacer el rock & roll que lo ha consolidado como intérprete y productor.

Sólo le falta cantar con un ídolo: Paul McCartney.

Aleks Syntek fue un niño actor por casualidad. En ese entonces componía y tocaba, y la actuación era como jugar. En su infancia quería un teclado y su hermano Marco, al recibir el primer sueldo, le regaló uno como una prueba de la confianza que tenía en el artista que llevaba dentro. Cuando salió de la televisión fue difícil llegar a las disqueras. “Eres un comediante”, “¿estás molestando?”, “puedes irte”, eran algunas de las respuestas que encontraba al tocar sus puertas. Tuvo que ganarse el derecho de piso. Trabajar como asistente, cargar cables o limpiar instrumentos mientras veía cómo trabajaban los músicos e ingenieros. “Estuve en la mejor escuela de todas: el trabajo de campo”.

Dice que poco a poco se salió con la suya. Cerca de tres décadas haciendo música. Pasó de no tener un teclado a ser lo que él llama el “con teclados”, gracias a un patrocinio de Yamaha que le permite tener los instrumentos que necesita. Le tocó una época en la que tener un disco era muy complicado, en la que tuvo que trabajar duro y labrar su posición en la industria. “Por eso me siento tan agradecido con los músicos que me formaron”, esas personas que le enseñaron en el estudio, los artistas de la ola de los 80 que influenciaron su música y a quienes ha dedicado su último álbum, Trasatlántico.

 

Facebook Comments Box