Andrés Hurtado, el conocido conductor de televisión, enfrenta una difícil situación legal tras ser detenido preliminarmente el pasado jueves por la noche en una clínica ubicada en la avenida Las Artes, en el distrito limeño de San Borja. Hurtado, que está siendo investigado por tráfico de influencias y lavado de activos, fue capturado por agentes de la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (Diviac) y el grupo de inteligencia Orión, de la Dirección Antidrogas (Dirandro). La orden de detención, aprobada por el Poder Judicial, fue solicitada por el fiscal Alcides Chinchay, de la Segunda Fiscalía Suprema Transitoria Especializada en Delitos Cometidos por Funcionarios Públicos.

El popular presentador, que había estado internado en la clínica durante las tres semanas previas, fue sorprendido por la detención mientras se recuperaba de varias cirugías. Según fuentes cercanas, Hurtado fue sometido a tres intervenciones quirúrgicas recientes y sufre de una serie de problemas de salud, entre ellos hipertensión, arritmia cardíaca y diabetes, lo que lo obliga a tomar hasta nueve pastillas diarias. Durante su detención, Hurtado también reveló que ha padecido de COVID-19 en seis ocasiones, lo que calificó como un caso único en el mundo.

El abogado Julio Rodríguez, quien asumió su defensa recientemente, comentó que apenas había sido acreditado como defensor el día anterior a la detención. Explicó que aún no tiene acceso a las carpetas fiscales completas, pero que ya ha solicitado las copias necesarias para entender mejor el panorama legal al que se enfrenta su cliente. Rodríguez también señaló que encontró a Hurtado en una condición delicada de salud, lo que justificaba, en parte, que el presentador no hubiera contratado a un abogado previamente.

La detención de Hurtado, que se extenderá por un período de siete días, ha generado un gran revuelo mediático. Durante ese tiempo, la Fiscalía deberá presentar un pedido de detención preventiva, el cual podría prolongar su permanencia bajo custodia si las acusaciones se sostienen. Los cargos que enfrenta son graves, e incluyen lavado de activos, cohecho y asociación ilícita para delinquir, lo que podría llevarlo a una condena significativa si es encontrado culpable.

En una audiencia de control de identidad realizada alrededor de las 13:00 horas del mismo día, Hurtado compareció ante el juez que ordenó su detención. Durante esta audiencia, el presentador mostró confusión, afirmando inicialmente que no recordaba su dirección, aunque luego mencionó que tenía dos departamentos alquilados en Miraflores. Según indicó, el dueño de dichos inmuebles ya estaba considerando desalojarlo debido al escándalo mediático y las acusaciones en su contra. Este olvido, según explicó Hurtado, se debe a que sufre de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), lo que le dificulta recordar detalles, situaciones e incluso aprenderse guiones, a pesar de haber trabajado durante años en programas humorísticos de televisión.

El juez le recordó las razones de su detención y le informó que permanecerá en la Prefectura durante los siete días establecidos por la ley, mientras la Fiscalía evalúa los próximos pasos en su investigación. Este caso ha causado un gran impacto debido a la notoriedad de Hurtado, quien ha sido una figura clave en la televisión peruana, especialmente como conductor del programa «Sábados con Andrés», espacio que lideró durante más de una década.

A pesar de la gravedad de las acusaciones, Hurtado no perdió la oportunidad de ofrecer su característico «show», un rasgo distintivo de su personalidad, durante la audiencia. No solo habló de sus problemas de memoria, sino que también hizo hincapié en su bajo nivel educativo, señalando que solo llegó a estudiar hasta quinto de primaria debido a las dificultades impuestas por su TDAH.

El futuro legal de Andrés Hurtado es incierto. Lo que es claro es que los próximos días serán clave para definir su situación, ya que la Fiscalía deberá reunir suficientes pruebas para solicitar la detención preventiva o, de lo contrario, podría quedar en libertad tras cumplirse los siete días de detención preliminar. Mientras tanto, el caso sigue siendo objeto de intensa cobertura mediática, dado el perfil público de Hurtado y la gravedad de las acusaciones en su contra.

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