El sector hotelero y turístico de Talara, en la región Piura, enfrenta una grave crisis tras el reciente derrame de petróleo ocurrido el 20 de diciembre. Este desastre ha generado una severa contaminación ambiental que no solo afecta al ecosistema local, sino también a la economía de las principales zonas turísticas de la provincia.

Lobitos: un destino paralizado

Uno de los distritos más afectados es Lobitos, conocido por sus playas paradisíacas y su popularidad entre surfistas y turistas que buscan disfrutar del sol y el mar durante las fiestas de fin de año. Este lugar, que en años anteriores se llenaba de visitantes nacionales e internacionales, ahora luce desolado.

La situación ha golpeado fuertemente al sector hotelero. Una trabajadora del área comentó a RPP que las reservas para las festividades de Año Nuevo han sufrido numerosas cancelaciones. “Estamos acostumbrados a ver las playas llenas en esta temporada, con surfistas o personas tomando el sol. Ahora no hay nadie”, lamentó.

Además, agregó que muchos de los hoteles y restaurantes de la zona están vacíos, afectando no solo a los dueños de negocios, sino también a los trabajadores que dependen de la actividad turística. “Puedo dar evidencia de que nos han cancelado muchas reservaciones. Veo los hoteles y restaurantes de amigos completamente vacíos”, aseguró.

El impacto económico y el reclamo de indemnizaciones

La playa de Lobitos, tradicionalmente un punto clave del turismo en Año Nuevo, ha quedado casi inoperativa debido al derrame de petróleo. Este desastre ecológico ha desencadenado una crisis económica significativa en la región, perjudicando tanto al sector turístico como a los pescadores que dependen del mar para subsistir.

El alcalde provincial de Talara, Sigifredo Zárate, ha solicitado a Petroperú que asuma su responsabilidad e indemnice a los pescadores afectados por este evento. “Debe haber algún tipo de indemnización. Tenemos como ejemplo lo ocurrido en las playas del sur. Es necesario realizar un empadronamiento de los pescadores para identificar a quienes han sido perjudicados”, señaló.

Zárate expresó su esperanza de que las conversaciones entre representantes de la empresa y el sector pesquero logren determinar soluciones adecuadas para quienes han perdido su sustento debido a este desastre.

Declaratoria de emergencia ambiental

Ante la magnitud de los daños, el Gobierno tomó medidas y declaró en emergencia ambiental la provincia de Talara por un plazo de 90 días hábiles. Esta medida busca gestionar de manera sostenible la zona afectada, implementando acciones inmediatas de recuperación y remediación para mitigar el impacto de la contaminación y proteger la salud de la población.

La declaratoria, establecida mediante la Resolución Ministerial 00443-2024-Minam, fue publicada en una edición extraordinaria del Diario Oficial El Peruano. Según el documento, se aprobó un «Plan de acción inmediato y a corto plazo» que será ejecutado por diversas entidades públicas, en coordinación con el Gobierno Regional de Piura y la municipalidad correspondiente.

Un futuro incierto para Talara

La contaminación generada por el derrame de hidrocarburos ha paralizado una de las principales actividades económicas de Talara: el turismo. Este sector, que cada año inyecta recursos importantes a la economía local, ahora enfrenta una recuperación que podría tomar meses o incluso años.

Por otro lado, la pesca, otra actividad clave de la región, también ha sufrido un duro golpe, dejando a numerosas familias sin ingresos. Mientras tanto, los esfuerzos de remediación y las negociaciones con Petroperú serán fundamentales para determinar el futuro económico y ambiental de esta zona del norte peruano.

La esperanza de los pobladores y empresarios locales está puesta en que las acciones gubernamentales y las posibles indemnizaciones permitan superar esta crisis. Sin embargo, el impacto de este desastre sigue siendo profundo, recordando la fragilidad de los ecosistemas y economías frente a eventos de esta naturaleza.

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