A lo largo de la vida, el cuerpo de la mujer atraviesa múltiples cambios que pueden generar diversas molestias, entre ellas la sequedad ocular, una condición que muchas veces pasa desapercibida debido a la falta de información sobre su diagnóstico y tratamiento. Por esta razón, es fundamental conocer soluciones eficaces para aliviar sus síntomas y mejorar la calidad de la visión.

El síndrome de ojo seco es una alteración ocular que ocurre cuando la película lagrimal, encargada de lubricar y proteger la superficie del ojo, no se produce en cantidad suficiente o presenta una composición inadecuada. Esto provoca sensación de incomodidad y afecta la salud ocular. Existen dos tipos principales de esta afección: el evaporativo, cuando la lágrima se evapora rápidamente debido a problemas en su composición, y el acuodeficiente, que se produce cuando las glándulas lagrimales no generan suficiente lágrima para mantener la hidratación del ojo.

El impacto del ojo seco en la rutina diaria

La Dra. Claudia Arrascue, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión, señala que esta afección es más frecuente en mujeres y puede afectar su calidad de vida. “Muchas pacientes experimentan molestias al leer, trabajar frente a una pantalla, hacer deporte o realizar actividades al aire libre, lo que puede generar incomodidad e incluso afectar su estado de ánimo”, explica la experta.

Factores de riesgo del ojo seco en mujeres

Diversos factores pueden contribuir a la aparición del síndrome de ojo seco, entre ellos:

  • Cambios hormonales: Durante el embarazo y la menopausia, las fluctuaciones en los niveles de estrógenos y andrógenos pueden afectar la producción de lágrimas.
  • Uso de ciertos medicamentos: Ansiolíticos como el diazepam y el clonazepam, así como antidepresivos como la fluoxetina y la imipramina, pueden reducir la secreción lagrimal. Además, los anticonceptivos hormonales también pueden influir en la cantidad de lágrimas producidas.
  • Maquillaje: Productos como delineadores y máscaras de pestañas pueden obstruir las glándulas lagrimales o alterar la composición de la película lagrimal.
  • Enfermedades autoinmunes: Patologías como la artritis reumatoide y el lupus pueden afectar las glándulas lagrimales, reduciendo tanto la cantidad como la calidad de las lágrimas.
  • Problemas dermatológicos: Afecciones como la rosácea y la piel seca pueden aumentar el riesgo de desarrollar ojo seco.

Cómo prevenir el ojo seco y proteger la salud ocular

Para evitar la sequedad ocular y reducir sus síntomas, los especialistas recomiendan adoptar hábitos de cuidado visual, como:

  • Realizar controles oftalmológicos: Si se presentan síntomas como ardor, enrojecimiento, fatiga visual o sensación de cuerpo extraño en los ojos, es importante acudir a un especialista para una evaluación temprana.
  • Mantener una higiene ocular adecuada: Retirar el maquillaje antes de dormir evita la acumulación de residuos que pueden afectar la calidad de la lágrima.
  • Cuidar los ojos en etapas hormonales: Durante el embarazo o la menopausia, es fundamental prestar atención a cualquier molestia ocular y buscar asesoría médica si es necesario.
  • Aplicar la regla 20-20-20: Para reducir la fatiga visual causada por el uso de pantallas, se recomienda descansar la vista cada 20 minutos, enfocando la mirada en un punto distante (aproximadamente seis metros) durante al menos 20 segundos.

Tratamientos para el ojo seco

El tratamiento del ojo seco varía según su tipo y gravedad, por lo que es esencial una evaluación oftalmológica para determinar la mejor opción. La Dra. Arrascue menciona que, en casos leves, el uso de lágrimas artificiales ayuda a mantener la hidratación ocular. En situaciones más severas, pueden recomendarse antiinflamatorios y procedimientos especializados que mejoran la lubricación del ojo y reducen la inflamación, siempre bajo supervisión médica.

Conocer las causas y síntomas del ojo seco permite a las mujeres tomar medidas preventivas y acceder a tratamientos adecuados para preservar su bienestar visual y mejorar su calidad de vida.