Un trágico triple asesinato tuvo lugar el lunes por la tarde, alrededor de las 4 p.m., en el kilómetro 185 de la Panamericana Sur, cerca del peaje de Chincha. El escenario del crimen fue un bus interprovincial de la empresa Paredes Estrella, de placa A6R-959, que viajaba desde Lima hacia Cusco.

El jefe de la División Policial de Chincha, el coronel PNP Daniel Elías Soto, informó que las víctimas eran tres ciudadanos extranjeros: Vilma Cárdenas Liendo, de 47 años, de nacionalidad venezolana; Rafael Bautista Piña, de 42 años, de origen dominicano; y su hijo Tony Piña Cárdenas, de 18 años.

El presunto asesino, identificado como el suboficial PNP Salomón Quispe Mamani, de 25 años, fue detenido mientras intentaba escapar cerca de la Playa Totoritas. El coronel Soto declaró a la prensa: «Hemos capturado a la persona responsable de este acto, junto con el arma utilizada. Actualmente se encuentra en la Comisaría Leoncio Prado. El autor es peruano y viajaba como pasajero en el bus».

Salomón Quispe Mamani

La Fiscalía se desplazó al lugar del crimen para realizar el levantamiento de los cuerpos y trasladarlos a la morgue de la ciudad, donde se determinará la causa exacta de las muertes. Según el coronel Soto, las autoridades están trabajando en reconstruir los hechos basándose en los testimonios de algunos pasajeros que presenciaron el incidente, aunque la mayoría dormía en el momento del ataque y solo despertaron al escuchar los disparos. El asesinato ocurrió en el segundo piso del bus.

El suboficial Salomón Quispe Mamani alegó ante las autoridades que atacó a las víctimas porque creía que intentaban robarle. Esta hipótesis es la principal línea de investigación, aunque las autoridades siguen recopilando más información para esclarecer el motivo exacto detrás del ataque.

Mariano Sinchi, uno de los pasajeros del bus, relató su experiencia: «Tomé el bus desde el Centro de Lima. El incidente ocurrió en la parte trasera del segundo piso. Al principio, pensamos que una llanta se había reventado o que alguien estaba jugando con cohetes. Después, empezaron a gritar ‘¡están matando!’ y todos nos bajamos de inmediato».

El asesinato dejó a una menor de edad, de 4 años, huérfana. La niña es la hija de las víctimas y quedó al cuidado de la Policía. En respuesta a esta tragedia, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables emitió un comunicado explicando que «se activó el protocolo de atención urgente para acoger y brindar contención emocional a la hija de las personas fallecidas». La niña será sometida a un proceso de atención integral para garantizar su bienestar en medio de esta dolorosa situación.

Este terrible acontecimiento ha conmocionado a la comunidad, subrayando la necesidad de reforzar la seguridad en los medios de transporte interprovinciales y de proporcionar apoyo a las víctimas de actos violentos y sus familiares. La investigación continúa mientras las autoridades trabajan para obtener una imagen completa de los hechos y llevar justicia a las víctimas y sus seres queridos.

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