El jefe del Gabinete, Gustavo Adrianzén, ha respondido a la creciente preocupación por los incendios forestales que devastan la Amazonía peruana, luego de las solicitudes tanto de la Mancomunidad Amazónica como de la Defensoría del Pueblo para que se declare una emergencia ambiental en las regiones más afectadas. Adrianzén fue claro en afirmar que, por el momento, no se está considerando esa medida, aunque no la descarta en el futuro si la situación se agrava aún más. “No tenemos razones tan críticas que justifiquen una declaratoria de emergencia en este momento. No descarto esa posibilidad, pero de momento no se está evaluando”, señaló.
Estado de la situación
Las imágenes que han circulado mostrando grandes áreas de la Amazonía envueltas en llamas han dejado en evidencia la magnitud del desastre y la necesidad urgente de más recursos para combatir los incendios. A pesar de reconocer la limitación de las capacidades para enfrentar el fuego, el premier ha sido reticente en cuanto a pedir ayuda internacional, aunque tampoco cierra esa puerta. Según Adrianzén, Perú ha ofrecido apoyo a países como Ecuador y Bolivia, que también enfrentan incendios forestales, lo que abre la posibilidad de que en algún momento se solicite ayuda externa si la situación lo demanda.
En cuanto al control de la emergencia, los números muestran un panorama preocupante. De los 222 incendios forestales que se habían reportado inicialmente a nivel nacional, la cifra aumentó a 232 en solo dos días. El costo humano y ambiental de estos incendios también es alarmante: hasta el momento, se han registrado 15 personas fallecidas, 98 heridas y más de 28 mil hectáreas de áreas verdes devastadas, entre las cuales se encuentran zonas protegidas. Además, se han perdido 334 ejemplares de ganado.
Según información del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), los meses de septiembre y octubre son históricamente los más críticos en términos de incendios forestales. En 2022, se registraron 84 incendios en septiembre, cifra que aumentó a 127 en octubre. En 2023, los incendios fueron aún más numerosos en septiembre, con 113 reportes, mientras que en octubre la cifra descendió a 49. Estos datos sugieren que, a pesar de una leve disminución, lo peor aún podría estar por venir en lo que queda del año.
Situación en Amazonas
La región de Amazonas continúa siendo la más afectada por los incendios forestales. Al cierre de esta nota, de los 32 focos activos que se encuentran distribuidos en 12 regiones del país, 10 están localizados en Amazonas. Aunque algunos de estos frentes ya han sido controlados, aún existe el riesgo de que se reactiven, especialmente si las condiciones climáticas no mejoran.
En un intento de tomar acción, la presidenta Dina Boluarte viajó a la localidad de La Florida, en Pomacochas, Amazonas, para evaluar la emergencia y coordinar el envío de más recursos, incluyendo aeronaves para el combate de los incendios. Sin embargo, su visita terminó siendo más recordada por un incidente que evidenció su falta de empatía. Durante su recorrido, un reportero local se acercó a la presidenta y le comentó, visiblemente afectado, que sus «lágrimas habían recorrido a nivel internacional» al pedir la presencia de Boluarte en la zona. A esto, la presidenta respondió: “¡No necesito sus lágrimas, señor!”, un comentario que ha sido duramente criticado, recordando la frialdad que mostró en julio pasado durante el Desfile Cívico Militar, donde también fue cuestionada por su actitud distante.
Este incidente ha resaltado nuevamente la falta de sensibilidad de la presidenta en momentos de crisis, lo que ha sido un tema recurrente en su gestión. A pesar de la gravedad de la situación en la Amazonía, la imagen de Boluarte se ha visto empañada por este tipo de actitudes, que no contribuyen a generar confianza entre la población afectada.
Acciones gubernamentales y consecuencias
El ministro del Ambiente, Juan Carlos Castro, ha señalado que una de las principales causas de estos incendios forestales es la irresponsabilidad de las personas que los provocan, ya sea de manera intencional o por negligencia. Sin embargo, el marco legal actual no considera los incendios forestales como un delito ambiental, lo que limita las sanciones para los responsables. Castro indicó que su ministerio ya está trabajando en una propuesta para modificar la ley y tipificar estas acciones como delitos, lo que permitiría imponer sanciones más severas.
A pesar del sombrío panorama, hay algunas noticias positivas. El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) ha pronosticado lluvias y un aumento en la humedad a partir del 19 de septiembre, lo que podría ayudar a reducir la intensidad de los incendios en la sierra y la selva. Este cambio climático podría ser crucial para evitar una mayor expansión del fuego en las áreas afectadas.
Datos adicionales
El ministro de Salud, César Vásquez, también proporcionó detalles sobre el impacto de los incendios en la salud de la población. Hasta el momento, seis personas han sido hospitalizadas a nivel nacional, mientras que 128 han sido dadas de alta tras recibir tratamiento por complicaciones derivadas de la exposición al humo y al fuego.
Por otro lado, el impacto de los incendios no se limita a la Amazonía. La emblemática Llaqta de Machu Picchu también ha sufrido las consecuencias, con grandes cantidades de humo y aire contaminado que han afectado a esta zona histórica, poniendo en riesgo no solo el ecosistema local, sino también el turismo, una fuente vital de ingresos para el país.
En resumen, la crisis de los incendios forestales en Perú sigue empeorando, con un panorama que aún no justifica la declaración de una emergencia ambiental, pero que podría agravarse en los próximos días si no se toman acciones más contundentes. Mientras tanto, las críticas a la gestión gubernamental y la respuesta de la presidenta Dina Boluarte continúan creciendo.