Robert Muñoz, conocido por ser el líder y voz principal de la agrupación de cumbia «Clavito y su Chela», ha manifestado su preocupación por la creciente ola de delincuencia y violencia que enfrenta el país, una situación que lo ha llevado a considerar un alejamiento temporal de los escenarios. Muñoz reveló que ha estado recibiendo amenazas constantes, lo que lo ha empujado a reflexionar sobre su seguridad y la de su familia.
El músico explicó que, debido a estas circunstancias, está contemplando tomarse un descanso forzado de la música. «Estoy evaluando el tener vacaciones forzadas y luego ver qué rumbo tomar para el 2025. Tengo una familia, esposa e hijas que cuidar. Es una decisión estratégica por precaución», comentó Muñoz, dejando en claro que prioriza la seguridad de sus seres queridos sobre su carrera artística. Este posible retiro temporal es un paso que considera necesario para proteger a su familia de cualquier peligro que pueda derivarse de las amenazas recibidas.
Muñoz confesó que, a pesar de intentar mantener un perfil bajo, las advertencias no han cesado. «Ya me dijeron algo y no quiero darle motivo para que puedan accionar en contra de mi familia. La situación que vivo me asusta, apena y toca el corazón. No quiero ser parte de las estadísticas del sicariato», añadió, reflejando la gravedad de la situación y el temor latente que enfrenta diariamente.
El líder de «Clavito y su Chela» también mencionó que, como medida preventiva, la Policía ha estado brindando resguardo en sus eventos para garantizar la seguridad tanto de él como de sus asistentes. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para calmar su inquietud, dado que los episodios de extorsión en el mundo artístico se han vuelto más frecuentes.
Muñoz no es el único músico afectado por estas circunstancias. La extorsión y las amenazas han alcanzado a otros artistas de cumbia, como ‘Chechito’, Dilbert Aguilar y Toribio Hernández Riva, quienes también han denunciado casos similares. Estos incidentes han puesto de manifiesto la vulnerabilidad que enfrentan los artistas y figuras públicas en el país, quienes se ven obligados a adoptar medidas extremas para protegerse ante un panorama cada vez más peligroso.
El caso de Robert Muñoz es un recordatorio alarmante del contexto de inseguridad en el que operan muchos músicos y figuras públicas en Perú. Mientras evalúa el mejor camino a seguir para salvaguardar a su familia y continuar con su carrera, sus palabras reflejan la incertidumbre y el miedo compartidos por muchos ciudadanos ante la creciente ola de criminalidad.