¡Te hemos preparado los diez mejores para que tengas el año más beauty que nunca!
Las redes sociales están llenas de noticias y consejos revolucionarios sobre como cuidar de tu piel, cuerpo y cabello. Lo malo es que muchos de estos magníficos trucos acaban cayendo en el olvido. Pero nosotros tenemos para ti unos consejos de eficacia comprobada, ¡y que funcionan!
1. El SPF es fundamental
Sí, lo proclamamos ahora, siempre y a los cuatro vientos. Pero si no te proteges la piel todos los días con una crema de factor 50 (tanto si hace sol como si hace un tiempo de perros), el resto de cuidados será inútil y no obtendrás nunca el mismo resultado que utilizando todos los días una crema con factor de protección.
2. No te laves el rostro con agua caliente
Es un gustazo, ¿a que sí? Pero no es nada bueno para la piel. Qué mala suerte. El agua caliente reseca en exceso el rostro y elimina la grasa natural que necesita la piel. Así que si no quieres tener un cutis enrojecido, reseco y que pica, dile no al agua caliente.
3. Brocha limpia, piel limpia
Dime sinceramente. ¿Cuándo fue la última vez que lavaste a fondo tu brocha de maquillaje? ¿Que no te acuerdas? Pues entonces ya va tocando. Seguro que no quieres una brocha sucia llena de bacterias en tu rostro. Por eso, es necesario lavar la brocha una vez a la semana, como mínimo. Puedes utilizar un champú suave, un jabón de hiel o un producto especial para limpiar brochas.
4. Lava la almohada
Si siempre duermes boca arriba toda la noche, enhorabuena, no tienes que seguir leyendo. Si tu postura favorita es de lado o boca abajo, estás acumulando en el rostro restos de productos para el cabello, cremas y células muertas. ¿A que no te gusta nada la idea? Por eso tienes que lavar la funda de la almohada al menos dos veces por semana.
5. Siempre hay que secarse el cabello con secador
¡Pero si eso estropea el cabello! No es cierto. Por supuesto, puedes utilizar protección térmica, pero si no te secas el cabello con un secador de buena calidad, por lo menos en la zona de la raíz, el cuero cabelludo sufrirá, se recalentará y pueden aparecer problemas, como picores o caspa.
6. No te toques el rostro
Una brocha sucia, una almohada sucia y, lo que faltaba, unas manos sucias. Mantén tu rostro lejos de todas ellas. ¿Apoyas la barbilla en las manos cuando lees los e-mails? ¿O te dedicas a tocarte con los dedos esos poros del rostro tan horribles cuando te miras en el espejo del ascensor? Deja de hacerlo. Si de verdad tienes que tocarte el rostro, lávate bien las manos y utiliza un pañuelo. Por lo demás, intenta no tocarte el rostro. Y ten aun más cuidado con las manitas de tus niños.
7. Labios, dientes y dedos
¿Te encantan las barras de labios de tonos llamativos y te gusta llevar los labios bien pintados y perfilados? ¿Sí? Entonces seguro que más de una vez te ha pasado que la barra de labios ha acabado en tus dientes. Para que no te vuelva a pasar, basta con un sencillo truco. Pon un dedo entre los labios, cierra la boca firmemente y retira el dedo. El exceso de barra de labios se quedará en el dedo y ya no te manchará los dientes.
8. El mínimo arsenal
La belleza nace en el interior, pero a veces es un poco remolona y hay que ayudarla un poco. Un cutis uniforme gracias a una crema con color, unascejas arregladas, un colorete y un look culminado con una magnífica máscara de pestañas. ¡Pruébalo y verás qué cambio, no solo de humor!
9. ¿Al salón de belleza? Sí, pero…
Los tratamientos cosméticos están llenos de efectos beneficiosos, y no solo para la piel. La alisan, la reafirman y la hidratan mientras tú descansas. Todo ideal. Pero, si no tienes establecida una rutina de belleza sistemática por la mañana y por la noche, una visita al salón de belleza cada mes y medio no hará milagros. Así que no te olvides de cuidar bien tu piel en casa todos los días y disfruta de las visitas al salón de belleza como algo extra.
10. ¿Se te ha acabado la espuma de depilar? Usa un acondicionador
Seguro que te ha pasado. Tienes que depilarte las piernas rápidamente porque has quedado para salir o ir a una fiesta y no te queda ni una gota de espuma de depilar. No te desesperes. Usa el acondicionador. Su textura hace que la maquinilla depiladora o la cuchilla se deslicen suavemente por la piel, garantizándote una depilación delicada.
